Fuegos artificiales

El magnesio se comercializa en forma de cinta. Es un metal que se quema con facilidad, reaccionando con el oxígeno del aire para formar óxido de magnesio. Para que la reacción comience hay que comunicar energía mediante una llama, pero en cuanto comienza se produce una luz muy intensa y desprendimiento de energía en forma de calor.

Este metal se utiliza en la fabricación de fuegos artificiales, y hay que tener cuidado al mirarlo directamente cuando se está quemando, porque puedes quedar deslumbrado y tardar un poco hasta recuperar la visión normal.

Solo tienes que fijarte en el vídeo siguiente, en el que se recrea cómo se hacían las fotografías nocturnas hace más de un siglo: como flash se utilizaba la combustión de polvo de magnesio.


Una forma de hacer la experiencia

Cortar un trozo de cinta de magnesio de unos 5 cm y lijarlo si está ennegrecida para que tenga brillo metálico. Sujetarlo con una pinza de madera de mango largo (de las que se usan para calentar tubos de ensayo) y fijarse en las características del metal (sólido, brillante, etc).

Se quema con la llama de un mechero, aunque le suele costar un poco comenzar a quemarse. Se puede utilizar un mechero Bunsen, que da una llama más calorífica e intensa.


Se observa la transformación de sustancias y la emisión de luz y de calor. Es importante fijarse en que se ha formado una sustancia blanca que se deshace al tocarla (se puede depositar sobre un vidrio de reloj para verlo mejor).

magnesio (s)  +  oxígeno (g)  →   óxido de magnesio (s)

Mg (s)  +  O2 (g)    MgO (s)

El material que necesitas

Cinta de magnesio, pinza de madera de mango largo, mechero Bunsen, vidrio de reloj.