El oxígeno y las gominolas

En el aire hay aproximadamente un 21% de oxígeno, que es su componente más reactivo. Se puede obtener precisamente separando los componentes que hay en el aire, un 78% de nitrógeno y un 1% de otros gases como dióxido de carbono, gases nobles, etc.

Una forma tradicional de obtener oxígeno en el laboratorio, que se usó en los primeros viajes espaciales, es descomponer clorato de potasio por acción de calor. El oxígeno desprendido se puede detectar de formas diversas.

Una forma de hacer la experiencia

Añadir clorato de potasio a un tubo de ensayo termorresistente hasta un centímetro de altura, sujetarlo con una pinza de madera de mango largo, encender un mechero Bunsen y calentar con cuidado el tubo. La sustancia se va fundiendo y descomponiendo liberando oxígeno. Hay varias maneras de detectar el oxígeno que se va formando.


Muy espectacular es añadir trozos pequeños de papel de uno en uno al tubo una vez caliente: al hacerlo, llegan a prenderse, dando chispazos y soltando mucho humo por la boca del tubo.

Y si en lugar de papel se añaden trozos de gominola -¡o un osito!-, se carameliza el azúcar.

En estos dos casos los tubos se ensucian mucho y quedan prácticamente inservibles.

  KClO3 (s)       KCl (s)   +   O2 (g) 

El material que necesitas

KClO3, tubos de ensayo termorresistentes, mechero Bunsen, papel, cerillas, gominolas.